El Niño Jesús, acompañado por su Madre, la Virgen María, San José y el Ángel, recibió la adoración de los Magos y los pastores que hasta allí llegaron.
Pasaban las ocho de la noche, cuando hacía su
entrada en la Plaza de Hoyocasero la Primera Carroza, en ella viajaban el
recién nacido Niño Jesús, quién junto a sus Padres, la Virgen María y San José,
y el Ángel no querían perderse la llegada de los Magos de Oriente hasta este
lugar serrano.
Allí en la Plaza esperaban gran cantidad de
vecinos, esperaban la llegada de sus Majestades, pero los que los esperaban con
más ilusión eran los más pequeños de la casa seguramente la noche, que para la
época del año no era fría, acompañaba…
Tras el Belén viviente, hacía su entrada en
la plaza la Carroza más esperada, la de los Reyes Magos, quienes venían
cargados de regalos, acompañados por sus pajes y los presentes con los que
habían viajado desde tan lejos para presentárselos al Niño Jesús, que eran como
dice el villancico: “Oro como Dios, Incienso como Rey, Mirra como hombre, pues
todo lo es….”
Y tras presentar los regalos al Niño, tocaba
entrar y recibir a los más pequeños de la población, para preguntarles como se
habían portado y hacerles un pequeño presente, adelanto de lo que sería todo
más tarde, y casi sin darnos cuenta, se paso el tiempo y los Reyes Magos se
despidieron recordando a los pequeños que debían de acostarse pronto para que
ellos pudieran pasar en a lo largo de la noche.
Una vez se hubieron marchado, al resto nos
esperaba una buena pancetaza en la plaza, y un rico chocolate, del que dimos
buena cuenta antes de ir a esperar a los Reyes cada uno a su casa……
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